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MAPA SENTIMENTAL

Ex umbra in lumine

Este mapa es el resultado del taller vocacional de Arte del programa PACE 2018 dependiente de la Universidad Técnica Federico Santa María. Nuestro proyecto es el resultado de caminatas, observaciones, investigación y reflexiones sobre la arquitectura y el paisajismo tan característico del campus central de esta universidad porteña. Desde esas derivas fuimos descubriendo símbolos presentes en diversas esculturas y nos vinculamos sensiblemente con rincones del campus para, desde la interpretación y el encuentro de nuestras subjetividades, proponer un recorrido por el campus ofreciendo una lectura articulada y visible en este ”mapa sentimental”.

De todas las posibles lecturas presentamos una versión sentipensada desde la idea del viaje, es decir, en el transcurso del taller se fue constituyendo un trazado simbólico que decidimos articular como el viaje o recorrido desde la adolescencia a la adultez. Por lo tanto nos comenzamos a preguntar  asuntos como ¿Cuándo fue la última vez que salimos a jugar siendo niños?, ¿Que significa ser adulto?. Así fue como nuestro recorrido se configuró desde hitos escultóricos o lugares específicos que por sus características paisajísticas nos sensibilizaron al relato y la fantasía. Finalmente determinamos 9 puntos que componen el recorrido de este “mapa sentimental”, puntos explicados con más detalle al anverso (mapa disponible en PDF).

El taller vocacional de Arte para el programa PACE de la Universidad Técnica Federíco Santa María se realizó en dependencias de la misma universidad ubicada en Valparaíso, todos los sábados desde el 25 de agosto hasta el 6 de octubre del año 2018.

Participaron

 

Matías Arratia / Patrick Chiozza / Constanza Cisterna / Romina Cortés / Diego Cortés / Patricia González

Joaquín Guillen / Bryan Mellado / Carlos Paredes / Alan Parraguez / Estevene Pérez

Fabián Ponce / Fernanda Rojas / Geraldine Rojas / Vanesa Rubilar

Monitor

 

 Carlo Mora Rodríguez

símbolos

1. La caja sentimental

 Aquella escultura en mármol que representa un ánfora nos hizo pensar en el mito de la caja de Pandora. El mito dice que al abrirla de ella escaparon todos los “malos sentimientos” de la humanidad. Nosotros elegimos no hacer juicio de valor moral e interpretamos aquel suceso como la revelación de los sentimientos del ser humano, es decir, la llegada de aquello constitutivo de nuestra existencia sentimental.

 

El símbolo -dos manos sosteniendo un corazón anatómico- avisora el carácter del recorrido, un viaje crudo de carácter poético que desde nuestras subjetividades propone una lectura a las entrañas del transitar desde la pubertad hacia la adultez.

2. El cuerpo vibrante

Este grupo de piletas contiene 3 esculturas. En la primera, una mujer sostiene una Lira, en la segunda una mujer sostiene a un niño y la tercera es una réplica a escala de la famosa escultura “El David” de Miguel Ángel Buonarroti. Cada una de las 7 cuerdas de la Lira representa un planeta del sistema celestial, quien la haga sonar también hará vibrar al universo. David, el joven y valiente pastor -hábil con la Lira- y quien venciera con su honda al gigante Goliat simboliza la valentía y la lucha contra la adversidad. La madre sostiene en sus brazos a un niño, David, niño que se convierte en un valiente pastor, el mismo que más tarde llegará a ser rey. En este grupo escultórico leemos los primeros pasos de la niñez a la adolescencia.

3. La iniciación

 

Los actos iniciáticos como el bautizo, presentes en muchas religiones, suelen incluir al agua como medio principal del rito, ya sea sumergiendo en ella el cuerpo del iniciado o de la iniciada, o como en el rito católico, el sacerdote solamente moja la coronilla del neófito. Sumergirse en el agua significa retornar a la materia principal originaria de toda vida, es morir, disolverse, para emerger de ella renaciendo a una nueva circulación. En este punto, nuestro personaje abandona su infancia para iniciar el camino hacia la adultez. El cartel que diseñamos mezcla el símbolo alquímico del agua con el dibujo químico de su estructura molecular. 

4. La introspección

 

Este pequeño cuarto es el símbolo de la individualidad, del pensamiento personal. Muchos ritos de en- cierro acompañan la pubertad en múltiples lugares de la tierra, es por ello que nuestro personaje ingresa a esta cámara por la pequeña puerta para darse el tiempo y pensarse a si mismo. Dormir, soñar, reflexionar son parte fundamental de su auto- construcción psíquica. El símbolo que diseñamos hace referencia a “la reflexión de la luz” como imagen de lo unitario -la luz blanca- que deviene múltiple, el arcoiris.

5. El desapego

 

La cuerda anudada se relaciona con la idea central de conexión cerrada presente en el simbolo del infinito al igual que en el dibujo del número 8. Un hombre vestido con túnica anudada por un cordel refiere al hombre no liberado y «atado» por el dios. Deshacer el nudo equivale al hallazgo del «centro», el eje, que es el lugar de enfrentamiento de los contrarios, del que hablan todas las doctrinas místicas. Cortar el nudo, traduce a un plano guerrero y existencial la pura idea de logro y de victoria. En este punto nuestro personaje revisa sus vinculos ya que entiende que para volar con alas propias debe desatar los nudos que lo mantienen sujeto.

6. La libertad

 

En cuanto al simbolismo más generalizado, las alas son espiritualidad, imaginación, pensamiento, también figuran el principio activo y el movimiento, por lo que de la unión de este sentido con el anterior se deduce que estos atributos corresponden sintéticamente a la posibilidad de «avance en la luz» o evolución espiritual.  Así como el sol viaja de oriente a poniente, nuestro personaje ya liberado de ataduras vuela hacia su propio horizonte.

7. El deseo proyectado

 

Este cañón apuntando hacia el horizonte es para nosotros una versión moderna y grandilocuente de Cupido. El arco implica profundamente la idea de tensión y concierne a la fuerza vital o espiritual. Como atributo de Apolo, el arco y las flechas simbolizan la energía solar, sus rayos y su potencia fecundante y purificadora. Nuestro personaje en vuelo debe proyectar su deseo con fuerza si es que pretende llegar a destino, por ello es que debimos desmantelar esta máquina de guerra para transformarla en una herramienta de propulsión, donde el deseo sea impulsado con toda fuerza más allá del horizonte. Diseñamos un símbolo que figura una manzana flotando sobre una mano, lo que no sabemos es si ésta cae o se eleva. La ambivalencia presente requiere del espectador para ser dilucidada.

8. El Pacto 

 

Nuestro personaje ha cruzado el horizonte, su pasión lo impulsó más allá de sus propios límites. Al otro lado es abrazado por dioses quienes lo distinguen con una corona. La corona radiante es el símbolo por excelencia del cumplimiento de la más alta finalidad evolutiva: quienes triunfan sobre sí mismos logran la corona de la vida eterna. Diseñamos un símbolo que une en la cabeza, la coronilla, la dualidad de nuestro personaje, la dualidad arquetípica de las culturas expresadas en los pares hombre/mujer, día/noche, tierra/agua. 

9. El secreto de la serpiente

 

Nuestro personaje cruzó el horizonte para volver a sumergirse en las aguas, esta vez en las aguas abismales del océano. Y es así que todo vuelve al comienzo, como el día y la noche, como las estaciones del año, el ciclo se cumple y retorna. Cuando la serpiente muda su piel renueva sus vestiduras, ya no es la misma pero tampoco es del todo otra, nos muestra el cambio en la permanencia, como el agua del río que vuelve al mar, se evapora, vuela y cae sobre las montañas para comenzar otra vez el eterno retorno.

Fuentes  bibliográficas

  • Jean Chevalier y Alain Gheerbrant. (1999).” Diccionario de los símbolos”. Barcelona: Herder.

  • Juan Eduardo Cirlot. (1992). “Diccionario de símbolos”. Barcelona: Editorial Labor.

  • Lucia Impelluso. (2008). “Mitos: historias e imágenes de los dioses y los héroes de la antiguedad”. España: Editorial Everest.

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